Hoy el baile flamenco está lleno de clones. Todos buscan
denodadamente el virtuosismo en el zapateado. Por eso, cuando aparece un
bailaor que, además de pies, tiene imaginación y sabe usarla verlo bailar se
convierte en una auténtica gozada. Y eso es lo que nos ocurrió anoche en el
tablao Orillas de Triana. Actuaba Manuel Roldan. Nunca le habíamos visto bailar,
nos picó la curiosidad y cedimos a ella. Bendita curiosidad que nos hizo pasar
tan buen rato. Porque Manuel Roldán derrocha fantasía en su baile. Comenzó con
una farruca y con ella se asomó al futuro, inventándose todo tipo de variantes
sobre los movimientos más característicos de este estilo. Vean algunas
imágenes:
Después se acordó de Cádiz y sacó a relucir por alegrías
toda la flamencura de los antiguos.
Atrás lo arroparon Cristian de Moret, que además se lució adelante
por bulerías por soleá, y José Torres que hizo lo propio con un toque con ecos
de milonga que desembarcó en la bulería.
Y al final una pataíta con unas espontáneas de lujo: Choni, Javiera de la Fuente y Vanesa Aibar.
Javiera |
José Luis Navarro